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Explorando las diferencias entre el inicio de sesión único (SSO) y la autenticación multifactor (MFA)

Explorando las diferencias entre el inicio de sesión único (SSO) y la autenticación multifactor (MFA)

En la era digital actual, las organizaciones de todo el sector se enfrentan al doble reto de proporcionar un acceso fluido a los recursos y mantener al mismo tiempo los más altos estándares de seguridad.

Algunas organizaciones se han enfrentado a este reto intentando obtener lo mejor de ambos mundos. En los últimos años, la solución más popular que cumple ambos requisitos es un inicio de sesión autenticado, seguro y sencillo.

El inicio de sesión único (SSO) y la autenticación multifactor (MFA) han surgido como dos métodos que ahorran tiempo, son fáciles de usar y muy seguros para autenticar a los usuarios que acceden a los recursos del proveedor. Estos dos enfoques se han promocionado como medidas por excelencia para mantener el control de acceso a activos y datos críticos.

Sin embargo, evaluar el SSO y el MFA entre sí puede resultar complicado. Ambas soluciones ofrecen ventajas distintas en la batalla en curso para preservar simultáneamente la integridad de los datos críticos y la seguridad del sistema.

Definición del inicio de sesión único (SSO) y la autenticación multifactor (MFA)

Single Sign-On (SSO) representa un mecanismo de autenticación que permite a los usuarios acceder a múltiples aplicaciones y servicios con un solo conjunto de credenciales. Este enfoque simplificado se ha vuelto cada vez más preferido por los usuarios que intentan contrarrestar la memorización de contraseñas fuertes y únicas para cada inicio de sesión o sistema, ofreciendo una solución sencilla y autenticada para obtener acceso de una sola vez. A medida que las organizaciones empiezan a centralizar más sus recursos en una infraestructura basada en la nube, local o híbrida, el SSO puede hacer que los procesos de control y gestión del acceso sean muy eficientes.

La autenticación multifactor (MFA), por su parte, se centra en reforzar la seguridad exigiendo a los usuarios que verifiquen su identidad a través de dos o más métodos de autenticación. La idea que subyace a la MFA es que, incluso si se vulnera o compromete una capa de seguridad, las capas adicionales dificultan considerablemente la ejecución de los ataques.

Comparación de los enfoques de la seguridad y la experiencia del usuario

Podría decirse que el SSO es el más fácil de usar de los dos procesos, al tiempo que conserva una sólida base de higiene de la seguridad. Las organizaciones que adoptan el SSO en todos sus estamentos disminuyen los riesgos de fatiga de contraseñas entre sus equipos, por no mencionar que mitigan los peligros de reutilizar contraseñas entre inicios de sesión y sistemas o, peor aún, de utilizar contraseñas que son drásticamente débiles e ineficaces. El SSO reduce la cantidad de detalles que los usuarios deben recordar e introducir, lo que resulta muy eficaz y beneficioso.

La MFA, por el contrario, proporciona una capa adicional de seguridad además de la que ya está presente en un sistema, red o estado. Los factores de autenticación adicionales reducen exponencialmente el riesgo de que usuarios no autorizados pongan en peligro cuentas o archivos, al tiempo que dificultan excepcionalmente su acceso. Aunque esto puede añadir pasos adicionales a un proceso de inicio de sesión o solicitud de acceso, las soluciones modernas han adoptado interfaces fáciles de usar gracias a las innovaciones en verificación basada en móviles y biometría.

Curiosamente, un estudio reciente realizado por VISA mostró que el 86% de los encuestados prefiere utilizar la biometría a las contraseñas estándar para verificar su identidad o autorizar pagos. Más de 176 millones de estadounidenses utilizan incluso el reconocimiento facial para acceder a sus aplicaciones, cuentas y dispositivos cotidianos, lo que no hace sino subrayar lo popular y accesible que es como método de MFA.

SSO vs MFA: Underlying Security Considerations

Aunque tanto el SSO como la MFA ofrecen funciones de seguridad sólidas y fiables diseñadas intrínsecamente para proteger a las organizaciones, un punto destacado que hay que tener en cuenta es que la autenticación sigue siendo un componente de una estrategia y política de seguridad global y cohesionada. 

Todavía existen varios retos de seguridad fuera del ámbito de control de estos métodos de autenticación, que se exponen a continuación.

Datos en tránsito y almacenamiento

Incluso con la presencia de protocolos de autenticación sólidos, las organizaciones deben garantizar el cifrado de extremo a extremo de los datos tanto en tránsito como en reposo. Esto resulta especialmente crucial cuando se manejan archivos confidenciales, incluidos varios formatos de archivos de imagen, que a menudo contienen metadatos (como datos EXIF) e información visual potencialmente confidencial. Independientemente de los métodos de autenticación utilizados, las organizaciones deben desplegar estrictos controles de acceso y protocolos de cifrado para salvaguardar cualquier activo e imagen, especialmente si tienen licencia, marca registrada o derechos de autor.

Integración con los sistemas existentes

La eficacia tanto del SSO como de la MFA depende de su integración perfecta y eficaz con la infraestructura actual de una organización. Cuando se implementan y gestionan correctamente, el SSO y la MFA pueden alinearse bien con la gestión de identidades y accesos (IAM), la infraestructura de clave pública (PKI) y las soluciones automatizadas de gestión de certificados.

Dicho esto, en un estudio, los investigadores descubrieron que la MFA no es totalmente infalible, ya que todos los métodos y medidas ofrecen ventajas e inconvenientes. La conclusión clave que se extrajo fue que la autenticación basada en certificados ofrecía los mejores resultados cuando la seguridad rígida se aplicaba de arriba abajo.

El poder de la implementación combinada

En lugar de considerar el SSO y la MFA como soluciones aisladas o competitivas, las organizaciones deberían esforzarse por adoptar un híbrido de ambas tecnologías en sus instalaciones. A su vez, acabarán disponiendo de un marco de seguridad robusto que mantiene la facilidad de uso al tiempo que refuerza drásticamente la protección contra el acceso no autorizado de estafadores, actores maliciosos y ciberdelincuentes. La ciberdelincuencia está muy extendida y, si se mantiene la tendencia, se prevé que alcance un costo de 13,82 billones de dólares a finales de 2028, por lo que no podemos permitirnos pasar por alto la seguridad de las organizaciones.

Cuando se despliegan, gestionan y mantienen juntos, el SSO y la MFA crean un dúo formidable como parte de la arquitectura de seguridad global de una empresa, proporcionando a los usuarios un proceso de inicio de sesión cómodo a la vez que salvaguardan las aplicaciones y los datos con métodos de autenticación estrictos. Se pueden asignar fácilmente distintos recursos con niveles de seguridad adicionales o reducidos en función de su sensibilidad y valor, sin que ello suponga barreras adicionales para los usuarios.

Próximos pasos para implementar tanto SSO como MFADedica tiempo a investigar las soluciones MFA y SSO que se ajusten a la postura y los requisitos de seguridad de tu organización. Realiza auditorías de seguridad periódicas para validar los posibles puntos débiles que podrían reforzarse con soluciones de nivel empresarial. Considera un enfoque por fases en el que los departamentos de mayor riesgo reciban suficientes controles de seguridad desde el principio, antes de desplegar gradualmente la misma solución o soluciones en todo tu patrimonio. Prueba y valida continuamente su eficacia, quizás en un entorno de ensayo o prueba, antes de desplegarlas en servidores y redes activos propensos a vulnerabilidades.

Para concluir, es importante aislar las peculiaridades específicas del SSO (la cómoda opción de inicio de sesión que los usuarios necesitan y prefieren) y la MFA (las vitales capas adicionales de seguridad que salvaguardan los recursos), ya que ambas tienen propósitos claros como parte de un objetivo organizativo más amplio. La clave no está en elegir una u otra, sino en aprovechar ambas estratégicamente para crear un entorno seguro y fácil de usar que satisfaga las necesidades individuales y empresariales, al tiempo que proporciona la flexibilidad suficiente para evolucionar con los nuevos y emergentes retos de seguridad.

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Nota: Este artículo del blog ha sido escrito por un colaborador invitado con el fin de ofrecer una mayor variedad de contenidos a nuestros lectores. Las opiniones expresadas en este artículo de autor invitado son exclusivamente las del colaborador y no reflejan necesariamente las de GlobalSign.

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